Séptimo triunfo consecutivo de un Goiztiri que, a pesar de sus reiterados ataques de ciclotimia, siempre halla el camino para salir indemne de los atolladeros en los que se embarca. El objetivo era lavar la afrenta del partido de la primera vuelta, donde se nos fugaron dos puntos de forma estúpida. Jugamos con fuego y pudimos quemarnos, pero, de algún modo, todos éramos conscientes de que nuestra superioridad se terminaría plasmando más pronto que tarde, como finalmente ocurrió.
Por supuesto que siempre hay que contar con los rivales, independientemente de su situación clasificatoria. Sabíamos que, si les dejábamos hacer, podían crearnos más quebraderos de cabeza de los aconsejables a estas alturas de la película. Por eso, uno no entiende esos inicios de partido en los que, bien por falta de concentración o por lo que sea, hacemos el chorra y comprometemos, en escasos minutos, el trabajo de todo un año. No tiene sentido, y por eso, es mejor atajar ese mal de raíz. El caso es que nuestra defensa regaló los dos primeros goles (sí, regaló, de forma gratuita) y eso nos obligó a encomendarnos a la heroica, algo que se nos da de lujo, pero que nos impedirá llegar a los 40 a más de uno. Con el 2-0 en contra, y sabedores ya de los resultados de San Jorge y Jado, el ascenso se iba a tomar por culo a una velocidad de vértigo. Había que reaccionar, dejar de esperar al rival en campo propio y lanzarse a degüello. Fue curioso ver cómo Maykel hizo el 2-1 en el primer balón que tocaba tras salir del banquillo, pero poco después obsequiamos al Sestao con otro balón gratis en el área propia, y 3-1.
En ese momento subieron los decibelios (más gritos de los debidos), pero de alguna manera logramos mantener la calma. Somos superiores, lo de la primera vuelta había sido un accidente, pero hasta el 3-1 estábamos haciendo el subnormal a niveles de presidencia del gobierno (ya sea vasco, español o rojiblanco). Pues justo cuando peor pintaban las cosas, nos pusimos el traje de faena y nos esforzamos por arreglar el desaguisado que nosotros mismos habíamos formado. La presión dio frutos, empezamos a combinar y en un suspiro logramos empatar. Cuando la primera mitad agonizaba, un jugadón entre Ibai y Maykel nos puso en ventaja, y acto seguido el árbitro señaló el intermedio.
Habíamos hecho la mitad del trabajo, pero tras la reanudación quisimos asegurarnos de que todo iba a terminar bien. Sólo queríamos la victoria, evidentemente si ganábamos de diez, mejor que de uno. Tuvimos racha de buen juego, tan bueno que daba orgullo decir "éstos son mis compañeros; éstos son nuestros poderes"... Hasta tal punto que del 3-1 pasamos al 3-7. Tras esta fase brillante, subsiguió otra de bajón y el Sestao, que ya estaba entregado, volvió a creérselo. Tras un rechace al saque de una falta nos cayó el 4-7 y en una contra bien llevada por Novella llegó el definitivo 5-7. Quedaban algo más de cinco minutos, y quien más, quien menos, alguno se acordaría de lo ocurrido en la primera vuelta, cuando nos levantaron la falda. Sin embargo, esta vez, como intuyendo la importancia del resultado, supimos mantener la posesión y con ello evitar una remontada fatal y conservar nuestra racha de invictos, que dejamos en 7-0 hasta la semana que viene. Eso en cuanto al Goiztiri; al alter ego de este firmante le espera una bestia herida esta noche en Atlanta, Georgia, United States of America, para elevar la suya hasta el 19-0.
Lo mejor: la capacidad de sobreponernos a nuestras propias antxoas, la casta, la hombría, el afán de superación…
Lo peor: los regalos, ni por Navidad, chavales... Algunos fueron de puta coña y lo sabéis...
Conejitos: 3 para Maykel, 2 para Miki y 1 para Ibai
Trofeo Wayominí Dipuant
1. David (32 points)
2. Maykel (26 points)
3. Jose (14 points)
4. Alexis (12 points)
5. Zazo (11 points)
6. Roblas, Xabi y Miki (9 points)
7. Jon, Txori y Kabe (8 points)
8. Pablo (6 points)
9. Imanol e Ibai (2 points)
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