La madera impidió que el Goiztiri se concediese un festín goleador en el último partido 'asequible' del curso. El Freunde se salió de su clásico guión ultradefensivo y complicó la tarea de los santurtziarras, que sin embargo hicieron valer su superioridad en todas las facetas del juego. Los espartanos, fieles a su instinto, continúan defendiendo bien el angosto paso de las Termópilas en espera de la llegada de Jerjes y el resto de 'persas' que ansían el ascenso tanto o más que nosotros, pues lo tienen más cerca.
La primera parte permitió ver al mejor Goiztiri, que tocaba bien y llegaba con profundidad, fallando sólo en la definición. Los palos (si no recuerdo mal, dimos seis durante todo el partido) impidieron abrir la lata antes, lo que habría rebajado el grado de tensión existente en la matinal de domingo. Sin embargo, la fe nos llevó hasta el 2-0 con el que llegamos al intermedio.
A la vuelta de publicidad, sabíamos que iba a tocar sufrir porque eso lo llevamos en el código genético. El 2-1, con un potente disparo lejano, nos corroboró esa sensación. Pero Borja no quiso dejarles entrar en el partido y marcó el definitivo 3-1 en la jugada posterior. De ahí hasta el final, el Goiztiri manejó el tempo con bastante acierto y se hizo merecedor de un triunfo que le permite afrontar con una mentalidad más adecuada el 'Tourmalet' que se cierne en este agitado final de temporada. Nos quedan tres finales en las que, por encima de lo que nos podamos llegar a jugar, para nosotros sólo ha de primar un objetivo: vengar los reveses de la primera vuelta y, por qué no, dar a los rivales de su propia medicina. El que quiera ascender a Primera, tendrá que pasar por encima de Leónidas y sus 300 gudaris. Sin concesiones. No hay vuelta de hoja.
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